Historia de vida

Un joven artista mendocino con autismo rompe barreras y es reconocido por sus obras

En pocos años, Iván Furlani ha recorrido un largo camino junto a su madre, Tania Driban. Ambos transitan el arte como medio de expresión y comunicación. Atraviesan los desafíos que presenta una condición como el autismo, que lejos de representar un impedimento les ha brindado una nueva forma de ver la vida. 

Iván es un incipiente artista que ha logrado mucho para su corta edad. Con tan sólo 14 años y diagnosticado con autismo desde los 3, presentó junto a su madre una muestra titulada "No es la mirada, sino como se mira" que actualmente se encuentra en la Legislatura provincial.

En noviembre del año pasado, la exposición se inauguró en el Espacio de Arte de La Barraca Mall contando con más de 100 trabajos digitales. Tras ello, Iván fue nombrado Mendocino del año y recientemente recibió una distinción de la Cámara de Diputados de la Mendoza.

También ilustró el libro "TEAcompaña", que fue escrito por María Luz Malamud y trata sobre el autismo y la inclusión. La edición estuvo a cargo de "Bambali" que incluyó a Iván en su equipo de ilustradores. Asimismo planean ampliar el libro y presentarlo a la DGE para que sea incluido como material de primer grado en las escuelas.

 Iván en la Legislatura donde fue distinguido. Foto: Gentileza Prensa Cámara de Diputados  

Por otro lado, fue convocado por la Sociedad Argentina de Pediatría para que ilustre su página web con eje en los de Derechos del niño, y trabajó con conceptos abstractos de forma estupenda.

Pero esta inclinación sensible no surge de la nada sino que está presente en toda su familia. Tania, que hace algunos años se dedica al arte plástico, adquirió la vocación artística de su madre (abuela de Iván), la reconocida artista Eliana Molinelli, escultora que realizó el frizo de la Plaza Independencia, entre otras cosas.

Las obras de Iván transmiten alegría y frescura, a través de dibujos muy expresivos que están colmados de colores vivos. Sus creaciones son realizadas por medio de una pantalla electrónica (tablet), en la que dibuja y colorea. Aquí puede verse el proceso de creación que realiza: 

Al principio, fue difícil para ellos afrontar la situación. "Me dieron el diagnóstico a los tres años: trastorno generalizado del desarrollo inespecífico tipo Asperger, incluye hipersensibilidad sensorial, trastornos en el lenguaje, imposibilidad de conectar socialmente", contó la mamá y a su vez describió que "el autismo es una condición, te acompaña toda la vida, pero se sabe poco. Cada vez hay más chicos que lo tienen. Cuando nació Iván, la estadística mundial era de un chico cada diez mil personas y hoy es uno cada sesenta. En diez años la curva es exponencial y según neurólogos se debe a factores ambientales, a los pesticidas que ingerimos las madres, las pantallas electrónicas, entre otros factores".

Iván y su mamá en la Legislatura junto a sus cuadros. Foto: Gentileza Prensa Cámara de Diputados.

A pesar de saber que iba a enfrentar algunas adversidades, Tania no dudó en estimular a Iván y guiarlo en su desarrollo tanto artístico, como personal. El pequeño hacía números, sabía el abecedario, incluso cantaba, pero no podía hablar. Su madre le ofrecía diversos materiales para que pudiese expresar su creatividad, así Iván comenzó a modelar la plastilina realizando obras muy bellas, pero que luego desarmaba. Fueron incursionando en diferentes técnicas y actualmente utilizan la tecnología a su favor, ya que por medio de una tablet Iván realiza sus creaciones.

"Lo ves en persona y parece que él no estuviera conectado, pero en los detalles de los dibujos te das cuenta de que está acá y entiende la vida desde un lugar diferente. Tiene una forma de aprender y de mirar distinta. En el autismo existen millones de lenguajes y hay que saber verlo. Hay que hacer el camino, está lleno de frustraciones y regocijo también", compartió Tania.

A su vez, la madre y artista, planteó que además de crear un futuro para su hijo, la intensión de dar visibilidad a los logros de Iván es inspirar a otras mamás que atraviesen situaciones semejantes: "El diagnóstico es devastador, hay mucha incertidumbre. Si alguien me hubiese mostrado que había un chico que con 14 años es ilustrador y es reconocido, yo hubiera respirado".

Ella plantea que es importante que cada madre descubra las ilusiones y deseos de sus hijos, para buscar desde dónde abordarlo. Buscar qué le sucede, qué superficies y cosas les atrae, para potenciarlos y brindarles herramientas.

Por otro lado, reconoció que en el país "es muy complejo el tema de discapacidad, las obras sociales no cubren todas las terapias. El primer paso es que te den el certificado de discapacidad para reclamar a las obras sociales o sin tener obra social acceder a una ayuda y acceso a programas municipales, talleres y demás. Uno va gestionando su destino y acomodándose a lo que puede en cada situación".

Para esta familia, el arte significa comunicación: "Yo me siento con Iván y le pido que dibuje algo. Él empieza y me mira; es un momento de conexión, veo si lo hace contento, con ganas o sin ganas, qué le está pasando. Una condición diferente no es un impedimento. La diversidad es inherente a lo natural. Hay que mirar, hay que preguntar, porque si no, no se sabe cómo abordarlo".

Quienes quieran conocer la obra de Iván y Tania "El arte mira al autismo, el autismo mira al arte", estará disponible una semana más en la Legislatura. A futuro, Driban planea trasladar la exposición a otra sala y ya ha sido contactada por alguien que realiza prótesis con impresoras 3D, para crear un juguete a partir de los dibujos de Iván.

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