La cultura mendocina necesita más espacios

Mientras en Mendoza seguimos penando por no tener lugar para la cultura, San Juan inauguró el teatro más moderno del país.

Por Walter Gazzo

Desde este fin de semana, nuestros vecinos de la provincia de San Juan pueden disfrutar del Teatro del Bicentenario, una obra monumental, en donde la cultura cuyana tendrá un refugio de privilegio.

Veamos un poco de qué estamos hablando: el teatro cuya construcción se anunció en 2007, tiene una superficie cubierta de casi 20.000 metros cuadrados y su costo llegó a los 330 millones de pesos.

Este teatro lírico, que será el segundo en importancia en el país después del Teatro Colón de Buenos Aires, tiene una sala principal con forma de herradura, al estilo del teatro a la italiana, y 1.200 butacas españolas Figueras color bordó, con una pendiente de 4 por ciento, con piso de roble de Eslavonia.

El escenario tiene casi las mismas proporciones que el del Teatro Colón y un plato giratorio de 16 metros que permitirá montar diferentes escenografías, con la ventaja de que el disco móvil se divide en una Y, lo que posibilita que en un mismo acto se presenten 3 escenografías distintas.

Los palcos, en dos pisos, tienen ondulaciones y están revestidos con paneles diseñados con una secuencia rítmica de entrantes y salientes, de platten color marrón muy oscuro.

El teatro lírico sanjuanino, tiene foso levadizo para la orquesta, con un sistema spiralift que permite este movimiento, traído desde Alemania, y permite la regulación al milímetro de esa plataforma.

El teatro cuenta también con una sala secundaria con capacidad para 200 personas, también llamada sala multipropósito. Allí se harán desde conferencias hasta presentaciones de todo tipo, teatro, música, danza.

Hay otro sector de salas de apoyatura, salas de danza, de música, los talleres y una sala mayor donde entra toda una orquesta sinfónica para ensayos, con resonadores colocados en las paredes, fabricados en Buenos Aires con aparatos de ultraprecisión.

Un lujo.

Y mientras nuestros vecinos disfrutan la Fura dels Baus en este excepcional lugar, nosotros en Mendoza seguimos penando por espacios para nuestros artistas.

¿Cuánto hace que no se inaugura una sala?

¿Qué municipio puede arraigarse la noticia de haber abierto un espacio cultural en los últimos tiempos?

¿Qué municipio envalentona a los emprendedores locales a abrir espacios dedicados a la cultura y ayudarlos para que sean difusores de la misma?

Nada de eso. Sólo trabas y más trabas a los privados (que acusan de manera permanente el hostigamiento de los distintos municipios por tener artistas en vivo) e inacción en lo público en cuanto a lo edilicio.

Ni hablar de cuando pasamos por aquellas recordadas salas teatrales céntricas que hoy están transformadas en negocios comerciales. El sólo pensar que detrás de esas vidrieras hay cientos de butacas llenas de tierra y olvido hacen crujir el corazón.

Lo que el artista necesita es mostrarse, es que su arte fluya, se traslade, contagie, encante. Y para eso debe contar con los espacios para hacerlo. Si bien hay algunos (hablemos del Le Parc, como un caso testigo) no todos los que quieren llegar a mostrarse tienen la posibilidad de acceder a un lugar como ese o alguno similar. Algunos ni siquiera saben a quién dirigirse para hacer un pedido oficial.

Y es por eso que se necesitan lo otros lugares, los privados. Y a ellos es a los que hay que apoyar. A los que sean sinceros y se muestren interesados en difundir a los artistas de acá. Y hay muchos así, que quieren ayudar de corazón, sin la necesidad de quedarse con el bordereaux del artista ni exigirle tantas entradas vendidas ni cobrarles por tocar (cosa que pasa muy seguido).

Cuando el pueblo disfruta de sus artistas, crece, descubre el talento de su gente, se enorgullece y empieza a mover una industria que puede generar mucho trabajo.

No es tan difícil entenderlo.

Hoy, vemos como los sanjuaninos entendieron por donde va la historia.

No nos pondríamos colorados si les copiamos la idea.


Walter Gazzo

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